Una forma de violencia blanda que utiliza elementos del entorno construido para guiar o restringir el comportamiento de forma deliberada con el fin de «prevenir la delincuencia» y «proteger la propiedad». A menudo va dirigida contra las personas que utilizan o dependen del espacio público más que otras, como las personas sin hogar, restringiendo los comportamientos físicos en los que pueden participar.
La pieza
Cinco sillas inservibles basadas en ejemplos de arquitectura hostil que se encuentran en las propias calles de Barcelona.
Por citar algunos ejemplos: bancos inclinados, reducidos o curvados, vallas que no protegen o reposabrazos mal colocados que impiden que la gente se tumbe. La arquitectura hostil también se puede encontrar en casos más sutiles, como texturas que parecen tener fines estéticos pero que, en realidad, son mecanismos incómodos para evitar que los necesitados duerman en la calle.
En nuestra ciudad hay más de 1.064 personas sin hogar, que dependen del espacio público para encontrar descanso y refugio. Al mismo tiempo, podemos encontrar más de 160 ejemplos de arquitectura hostil en sus calles.
Esta pieza quiere poner el foco en los mecanismos invisibles que se suman discretamente a la violencia estructural contra las personas sin hogar.
Chellew, Cara (2019). "Defending Suburbia: Exploring the use of defensive urban design outside of the city centre" York University. Arrels (2018) “Elementos arquitectónicos que vulneran derechos”. Arrels (online) Arrels (2021) “1.064 personas duermen en la calle en Barcelona, el 69% con una vulnerabilidad media o alta”. Arrels (online)
Contexto
Jessica Gerrard, profesora titular de Educación, Equidad y Política de la Universidad de Melbourne, afirma que «Todos vemos y nos encontramos con el sinhogarismo, y todos respondemos a él de muchas formas: observamos, ignoramos, desviamos la mirada, damos dinero o compramos una revista, miramos boquiabiertos, sonreímos, hablamos o no hablamos».
El desamparo visible puede verse como una «perturbación» de la vida diaria «normal» de la calle: del desplazamiento al trabajo, el trayecto para ir a comprar, la salida al cine… Robert Desjarlais sugiere que las personas sin hogar tienen una especie de presencia «fantasmal», que amenaza el «ambiente pacífico y alegre de las cafeterías, las bibliotecas y las plazas públicas».
La legislación enfocada a mantener la estética comercializada del espacio público a menudo tiene la intención de erradicar el sinhogarismo de la vista mediante leyes y dispositivos que son eficientes para evitar que la gente vague, mendigue, duerma, orine o beba en público. El intento de borrar el sinhogarismo de la vista pública contribuye a constituir el espacio público como objeto de consumo. Yuxtapuesta a las imágenes limpias y glamurosas del capitalismo de consumo se encuentra la estética depauperada de las personas sin hogar.
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Gerrard, Jessica et al. (2015). “The 'lamentable sight' of homelessness and the society of the spectacle.” Urban Studies. Desjarlais, Robert (1999). “Shelter Blues: Sanity and Selfhood Among the Homeless”. University of Pennsylvania. Staszak, Jean-François (2008). “The other” International Encyclopedia of Human Geography. Butler, Judith (2016) “Frames of War: When Is Life Grievable?” Verso
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